domingo, 30 de mayo de 2010

La noticia: ¿caja de herramientas?





"No hay hechos, hay interpretaciones"

Nietzsche



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Quisiera enfatizar el carácter instrumental que tienen las ideas aquí expuestas. Que de ninguna manera quieren reclamarse como verdades absolutas. Muy por el contrario se enmarcan dentro de lo que a Michel Foucault le preguntaron hace tiempo. ¿qué es un libro? Y Foucault respondió: Un libro es una caja de herramientas.

¿La noticia es objetiva?
Buscar una objetividad sin entender su cualidad polisemántica podría representar un riesgo serio al momento de acercarse a la verdad (correspondencia entre lo que se dice y lo que pasa en la realidad).

En esa línea de pensamiento la teleología estudia la finalidad de las cosas o las acciones. Y, para casi todo el gremio de periodistas, una de las finalidades que busca el periodismo es la objetividad. Lo cual en el plano del DEBER SER, parece posible; pero vociferar, aclamar y elevar a niveles estratosféricos esta finalidad, suena a una patente muestra de simpleza y ordinariedad espeluznante.

Pues bien, vistas las cosas de esta manera, los medios se reclaman objetivos, transperentes, veraces, imparciales y veinte cosas más; desconociendo, tal vez, los hechos del pasado.

¿Cuáles son los hechos?
La historia nos recuerda que cuando el sujeto, el hombre, conoce los objetos de la naturaleza; empieza una construcción, una correspondencia entre lo que es y lo que puede ser; puesto que las cosas empiezan a ser llamadas con los nombres que el individuo les asigna. Así, es correcto decir que los nombres de las cosas nunca han existido por siempre. Esas cosas, en tanto objetos, representan fracciones de verdad y no son "la verdad". Y, si no son la verdad, son susceptibles de significación, de apropiación de los sujetos; transformándose en subjetivos, personales, humanos...

Por ejemplo, el término "noble" para la antigüedad: lo aristocrático, lo fuerte, lo alto; para nuestra época, fácilmente, podría confundirse para lo abyecto, lo débil, lo bajo, lo inofensivo...
De ser así, las definiciones de las cosas también han cambiado y cambiarán por los siglos de los siglos...

¿Qué es lo objetivo?
Entiendo por objetivo aquella categoría que hace referencia a las cosas, los objetos per se. Así, estoy de acuerdo con lo que indica la Rale en su primera acepción. De manera tal que sospechar o, peor aún, sostener que la noticia pueda ser objetiva, lo siento ficticio y carente de sentido.

Si el hombre se apropia de la naturaleza dándole denominaciones y nunca conoce en esencia las cosas, siempre está colocando "artificios", "enmascaramientos" o "ropajes" que hagan viables la convivencia. Establece su subjetividad como un imperium. Eso es, precisamente, el lenguaje periodístico: simbolismo y artificialismo valorativo que cobran vitalidad en la nota informativa.

Entonces el periodista, en su función articuladora de los hechos, prioriza los elementos de la noticia y ordena las respuestas a los cuestionamientos (what, who, when, where y why); a su libre albedrío como un fruto patente y ejemplificativo de interpretación y subjetivación.

Lo que queda...
Es decir que siempre el hombre de prensa está encasillado, irremediablemente, a una actividad valorativa. Así, la valoración asecha al periodista como la sombra persigue al hombre, porque eso es la interpretación. Toda interpretación es una valoración, una ponderación que responde a la cultura del periodista, a su jerarquía de valores y, por ende, a la ideología de la época.

La noticia no es objetiva, es subjetiva, es el punto de vista, la personalidad viva del que la escribe. No es la verdad, es una parcela significativa de verdad.





1 comentario:

Charlie Caballero dijo...

De acuerdo Waldis. Hubiera sido bacan que participes del debate sobre la objetividad en las ciencias sociales que haces unos meses congrego a Gonzalo Gamio, Tanaka, Adrianzen y Nelson Manrique entre otros.

Sin embargo, estar de acuerdo en la imposibilidad de un discurso objetivo no nos debe llevar (no digo que tú lo insinúes) al relativismo, pues la coincidencia al menos temporal de ideas sobre algun tema y la pretensión de informar sin distorsionar deliberadamente una realidad también es posible. Es decir, se puede mentir deliberadamente para desinformar y validar posturas perniciosas. El fujimorato nos enseñó mucho de ello.

En después de la teoría Terry Eagleton tiene una brillante intervención acerca de la objetividad, algo asi como una sana pretensión que nunca que cumple pero que no debemos renunciar a perseguirla so pena de caer en el todo vale.

Un fuerte abrazo.