sábado, 29 de agosto de 2009

Lo prohibido (La constitucion de la norma en ser humano)

Para Danielita, aunque todavía no pueda leer.

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La sociedad ha querido moldear las conductas humanas a partir de supuestos normativos. Estos supuestos se han internalizado en el proceso de reconocimiento del individuo como tal, es decir en la adquisición de la conciencia. Básicamente, la aparición del "no", como referente obligatorio de adecuación del sujeto animal al orden social humano, supuestamente, ordenado; ha sido y es el elemento central de internalizacion de normas sociales.
Entonces, el decir "no" a los seres humanos en la infancia, se ha constituido como el mecanismo casi perfecto de cuadriculamiento de individuos a las costumbres sociales. Con esto queremos indicar que nuestra sociedad se constituye, se forma, se estructura a partir de PROHIBICIONES y no de PERMISIONES, que serian, éstas últimas en legitimadoras de creatividad y confianza; y aquellas, en legitimadoras de autoridad y desconfianza.
Así, el principio de autoridad crea barreras a partir de la entronización del "no" como elemento central de aceptación del ser humano en la sociedad. En tal sentido, reina soberana la expresión prohibitiva, porque delimita las acciones humanas, las comprime, las reduce a los ámbitos que el "otro" (la sociedad) ha impuesto.
Si el niño quiere coger un lapicero en el hogar, salta reluciente, inmediatamente, una sentencia prohibitiva: "no agarres eso". Eliminando casi por completo una posibilidad de descubrir por si mismo, el niño, un razonamiento practico positivo: la creatividad infantil.
Sin embargo, esta negación no se pierde ahí. A través de los años, aquello que fue prohibido es buscado para ser experimentado por el adolescente, el joven o el adulto. Casi siempre en las postrimerías de la vida, cuando la fuerza o el ímpetu por conocer lo desconocido ha sido disminuido.

Aquella disposición del "no" va acompañada del sujeto que la produce: el mayor, el padre, la autoridad. De manera que toda presencia, en el futuro, de aquella autoridad siempre será sinónimo de prohibición; y, así, se habrá nacido la desconfianza entre los miembros de una familia y, por ende, una desconfianza social generalizada. Ésto, último, la base de gran cantidad de problemas.
Por consiguiente, empezar a decir "si", en sentido hipotético, será mejor para despertar curiosidad que para Piaget era la pieza clave en la estructuración de la investigación científica.

Este "no" es la pieza fundamental en el nacimiento de SUPER YO, entre los tres y los seis años de edad.

jueves, 3 de abril de 2008

Las consecuencias nefastas de la adicción (una interpretación psicoanalítica)




"Más podemos conocer de una persona por lo que ella dice de los demás que por lo que los demás dicen de ella."Ralph Waldo Emerson


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Desde que aparece la civilización, el hombre se ha convertido en presa fácil de supuestas "novedades" tratando de llenar vacíos -inmensos vacíos- en su nimiedad.
Porque la civilización encarna la idea de grupo, de gente. Y en el grupo el atractivo y encanto juegan un rol diferenciador de atracción o rechazo.

Y, en ese acercamiento, surgen los estímulos que inquietan a los hombres, haciendo más corriente su estadía en el grupo. Y por ello la avidez de novedades lo acercan a una inautenticidad atroz, irremediablemente excrementicia.

Así, la adicción resuelve de manera espontánea o efímera los supuestos carenciales del hombre y eliminando por completo la arduísima tarea de pensar.
Pero, podría acaecer que usted, amigo lector, se animase a creer que la moda intensifique la creatividad, que en cierto sentido podrías ser así. El matiz que enfatizamos en el presente artículo resalta el papel paralizante y animalizante de la moda.

La avidez por las novedades no hacen que la gente se detenga en algo realmente interesante. Por el contrario intensifican lo OBSESIVO COMPULSIVO. El estar preocupado por lo que se viene, de si será de tal o cual manera.

La disminución de esa preocupación se resuelve con un o unos estímulos que a la larga se convierten en adictivos. Y, casi siempre, esos elementos adictivos son nocivos para el organismo. Porque resuelven en el corto plazo, pero destruyen en el largo plazo, aún sin darnos cuenta.
Y en el largo plazo son difíciles de ser extraídos porque se instalan como parte de nuestro metabolismo, y retirarlo es casi un imposible.

Esto último es lo que entorpece al pensamiento, la abstracción. Toda adicción es acercamiento a lo concreto, lo sensorial y mundano. Por extensión podríamos decir que lo concreto más valioso que tiene el hombre es el dinero; y la preocupación por el dinero enlentece el raciocinio.
Sí, claro que sí. La música es un fiel reflejo de novedad solente.

Por ello guardo un profundo respeto por el que sabe y sabe bastante con dominio y competencia; y por ello mi repudio y desprecio por el que se solaza en la banalidad de su dinero... como la competencia obsesiva del coleccionista de tarjetas de crédito.

miércoles, 2 de abril de 2008

Los tópicos de control social (algunos alcances psicoanalíticos)



"Los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad"
Sigmund Freud

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Desde la aparición del hombre se ha tratado de reprimir al peligroso "ello" de los posibles acometimientos reales o ficticios sobre el yo, sobre la realidad del sujeto. Para lo cual, la sociedad ha fantaseado algunos posibles mecanismos para ejercitar tal cuadriculamiento, valiéndose de normas (super yo) con distintos matices: Morales, éticos, etc. De tal manera que el sujeto encaje en una normalización mayoritariamente aceptada por los cánones sociales, sin causar posibles desajustes al régimen establecido.

Uno de esos mecanismos de control está centralizado por la formación del super yo (de tres a seis años de edad) que casi siempre, aunque no completamente, se vincula con un contenido religioso.
Y, por qué religioso. Porque el SUPER YO se construye a partir de NEGACIONES, y las negaciones o prohibiciones están explícita o implicitamente dentro de una norma.
Y, desde luego, la fuente primaria de negaciones es la religión (religión, no en sentido recto del término, sino en un sentido eclesiástico)

Entonces, ¿es la religión la principal responsable de la internalización de valores o principios supuestamente beneficiosos para la sociedad?
Al parecer, en el nacimiento de la sociedad se ha tenido que recurrir a todo tipo de artilugios para poder someter al "animal humano", que provisto de una energía psicológica desmesurada acompañada del aspecto físico, representaba una amenaza real o potencial para la convivencia.

Para darle una salida benefactora, así la religión se presentó como la salvadora a los posibles avatares del instinto humano, es decir del ello.
Se alude a la "religión" en sentido general, pero la más significativa para la cultura occidental está dada por la Iglesia Católica. Es ella la fundamental, en el proceso de socialización, para instaurar modelos de comportamientos que en el desarrollo humano se van entronizando como "paradigmáticos".

Así, sin beneficio de inventario, se prolifera supuestos principios que aniquilan dramáticamente la creatividad del hombre en la búsqueda de soluciones a los problemas.
Si esto es así, queda referirnos qué elementos están comprometidos en esta palpable dogmatización del cerebro humano.

Bueno, en el desarrollo humano post natal cobra una importancia decisiva la internalización de los valores, las prohibiciones. Y, para nadie es un secreto que aquel ensimismamiento ocurre en el tránsito de la infancia a la niñez, es decir, cuando el hombre abandona la naturaleza (aunque no por completo) para convertirse en un ser simbólico, en un hombre de la cultura.

Los primeros símbolos son las letras que colocadas una detrás de otras forman palabras para tener un sentido un orden, un mandato. Y, las primeras frases se relacionan típicamente con el contenido religioso. El niño no pregunta de su beneficio, sólo que quien lo imparte lo asume como "bueno", como "normal". En esa medida es el niño parte de un vasallo, de un rebaño que cuenta con un pastor: el profesor de religión.

Este mecanismo, muy sutil, desde luego; aniquila todo germen de investigación, de creación, de evolución; porque coloca al niño como un ente pasivo y no activo del conocimiento. Porque si todo ya está dado, entonces, no queda nada para poder descubrir. Si ya está instalada la verdad sobre la existencia de un Dios, entonces, la duda (aquella materia prima riquisima para el investigador) estaría relegada a un segundo plano. Y, es posible que el exceso de duda sobre los fundamentos católico cristianos desemboquen en la creencia del pecado.

En un escenario así, es fácil concluir que los países más atrasados de la tierra tienen una fuerte base religiosa fundamentalista que los coloca dentro del feudalismo medieval proscrito.
http://waldis-postmodernidad.blogspot.com/2010/06/yo-super-yo-ello-la-triada-de-la-vida.html